Mazatlán
Sin chamarra, sin corbata y sin pose”. Éste bien podría ser el lema de Mazatlán, un destino de playa, diversión y cultura sin pretensiones. Mazatlán es un eterno favorito de quienes huyen del frío y buscan un entorno cálido y acogedor. Dotado de una costa salpicada de paradisíacas islas, un hermoso paseo marítimo, kilómetros de playas doradas y lagunas azules, este sitio realmente hace honor a su apodo, “La Perla del Pacífico”.
Al planear tus vacaciones, algunas veces tienes que decidir: ¿sol y arena o cultura e historia? Mazatlán es uno de los pocos destinos turísticos que ofrecen ambas opciones. En la nueva Zona Dorada, desarrollada en la década de los sesenta, encontrarás una gran cantidad de hoteles, tiendas, bares y restaurantes repartidos a lo largo de playas idílicas; al mismo tiempo, en el Viejo Mazatlán o el centro histórico la vida continúa como lo hacía antes de que los turistas llegaran a los mercados, cafés, iglesias y plazas sombreadas de los barrios tradicionales.
La influencia de inmigrantes europeos se hace patente en las tradiciones locales, en particular en un tipo de música que se convirtió en el sello del estado de Sinaloa. No te sorprendas si de pronto te encuentras bailando al ritmo de la banda, una melodía que inyecta energía latina a la música tradicional alemana llamada oompah. Típica de Sinaloa, la banda fue creada cuando los inmigrantes bávaros llegaron a la vuelta del siglo XX.
Pronto te darás cuenta de que los mazatlecos, como se llaman a sí mismos los locales, son amigables, divertidos y serviciales. Cualquier época del año es buena para merodear por cafés y restaurantes. Sin embargo, también puedes unirte a la celebración más famosa del pueblo, durante la cual los locales festejan y bailan en las calles: el carnaval, igualado únicamente por el de Veracruz.
Los mazatlecos se sienten orgullosos de la restauración de las mansiones del siglo XIX que se sitúan en el centro histórico. Imagina la combinación arquitectónica de los colores pastel de Miami Beach y los balcones de hierro forjado y patios lánguidos de Nueva Orleans. Los mazatlecos llaman este estilo neoclásico tropical.